EL FIN DEL ARTE




 
Una de las máximas del siglo XX predicó el fin del arte como el anuncio de un claro cambio en los paradigmas que hasta ese momento regían el sistema artístico y que ha sido evidente a lo largo de todo un siglo convulsionado de hechos a los que el arte ha respondido con la misma velocidad como resultado del espíritu del tiempo. Ahora, ya en el siglo XXI cuando parecería que la educación formal del arte en general no logra cogerle el paso al frenético ritmo de los cambios actuales, la especulación financiera socava la legitimidad del top-ten del arte, y los grandes espacios culturales son el imperio de las selfies…¿Qué sentidos tiene el quehacer artístico?. En este field, en el que hay más preguntas que respuestas y en donde la sensación de incertidumbre impera es dónde podemos aprovechar esos vacíos para hacerlos nuestros aliados. 
 
 
 
 
Joseph Beuys ya dijo “todo ser humano es artista”…Si, seguro, pero no todos quieren serlo, sin embargo las artes como medio son capaces de entregar a cada persona herramientas valiosas para sobrevivir a las contradicciones del mundo actual y ese es el objetivo de lo que viene a continuación. El fin del arte por el arte como medio es mi propuesta y no solo un juego de palabras, sino un trabajo creativo que hace extensión en la gestión y educación no formal y en donde las artes se configuran como un camino que es capaz de señalar una infinidad de lecturas de nuestro entorno e incluso una apropiación y transformación del mismo y en el cual los hacedores son personas que sin pretender ser artistas hacen uso de diferentes herramientas artísticas para explorar sus capacidades creativas. 
 
 


 
Este es un trabajo a diferentes niveles de producción y de gestión que busca constituir las diferentes prácticas artísticas (sus procesos, técnicas, conceptos, escuelas, etc.) como recursos capaces de ser utilizados por una comunidad para abordar diversas temáticas contemporáneas, encontrar soluciones, expresar ideas, explorar capacidades personales y grupales, o simplemente para vivir una experiencia creativa; para lo cual es necesario aprovechar la capacidad pedagógica de las artes diseñando programas interdisciplinarios en los cuales el uso de herramientas artísticas sea el eje transversal de las actividades, involucrando a equipos de artistas, gestores culturales, y profesionales de diferentes formaciones de acuerdo a las necesidades de cada programa. Además, para que su ejecución sea posible es necesario establecer conexiones con diferentes instituciones públicas y/privadas dispuestas a apostar por este tipo de programas. 

Con este trabajo hemos llegado a diferentes comunidades, sobretodo de niños, niñas y adolescentes de diferentes sectores de la provincia de Pichincha y esperamos poder seguir trabajando en otros lugares del país. 
 

















Y quizá un día no sobreviva la persona más fuerte, sino la más creativa.